Los hermanos y las hermanas son personas con las que muchas veces se comparte la más tierna infancia, los primeros recuerdos y también los posteriores. Con ellos y ellas, se construyen relaciones afectivas en las que la competencia, la colaboración y el amor suelen estar presentes, dar voz a las emociones silenciadas a través de la cultura y la educación en un espacio de reconocimiento y escucha empática con el resto de hermanos y hermanas puede resultar una conversación de gran valor, aportando un crecimiento personal muy significativo a todos los miembros, facilitando la empatía y la comprensión de la complejidad de la historia familiar, así como de los distintos vínculos afectivos que se generan en su seno.
Reflexiones a considerar sobre las relaciones de hermanos y hermanas
En el Centre de Teràpia Familiar de Barcelona CTFB, hace un par de décadas, la psicóloga Edith T., llevó a cabo el seminario «La fratría, un espacio olvidado», aludiendo a la importancia entre las relaciones entre hermanos y hermanas que, muchas veces, no han tenido la consideración que requieren, en los espacios de atención terapéutica. En las relaciones con los hermanos y las hermanas, se aprende a poner en práctica con el grupo de iguales aquellas cuestiones en la relación con los padres o en la observación de la relación que los progenitores o las personas de referencia mantienen entre ellos.
Es un espacio de aprendizaje que antecede al que, posteriormente, desarrollarán con otros familiares como primos o con otros niños y niñas en la escuela y, más adelante, con futuras parejas. Conductas de colaboración a través del juego u otras de competición bien sea en un deporte o sobre la atención de los padres y figuras educativas o bien por el uso de un juguete o el reconocimiento del resto de la familia.
En este sentido, es importante educar en la colaboración y proveer de herramientas relacionales para la resolución de conflictos de manera satisfactoria, incluir otros aspectos relacionales y afectivos, así como fomentar el sentimiento de pertenencia al grupo familiar y el reconocimiento de los sentimientos y la identidad de todas las personas que conforman la familia. Todo ello contribuye a la convivencia sin que deban competir por un puesto o un lugar simbólico, sino, al contrario, integrando que todos tienen su propio lugar y son valiosos en sí mismos, sin necesidad de alcanzar ningún objetivo. En cualquier caso, pueden luchar por objetivos personales desde los márgenes de libertad que concede la consciencia de los procesos relacionales.
El equipo terapéutico formado por el Dr. Albert Sarró e Iván Arranz comenta lo satisfactorio de las experiencias llevadas a cabo
El equipo terapéutico formado por Iván Arranz y el Dr. Albert Sarró promueve habitualmente estas entrevistas entre los hermanos y hermanas de las distintas familias a las que atienden y pueden observar los beneficios que genera a todos los miembros de la familia, favoreciendo la autonomía emocional de cada hijo e hija respecto a sus padres. Tomando mayor consciencia de los procesos relacionales que se establecen y de las emociones que sienten cada uno de sus hermanos y hermanas, con quienes pueden dialogar en un clima de respeto, reconocimiento y apoyo mutuo, lo cual es fundamental para reforzar el proceso de madurez emocional de las personas participantes, ya sean jóvenes adolescentes o personas adultas. Para más información, se pueden seguir en redes sociales el perfil: resurgimiento_personal y/o visitar la web del Centre de Teràpia Familiar de Barcelona.