A la hora de comenzar un negocio de manera individual es conveniente darse de alta como autónomo para poder empezar a desarrollar ese proyecto o idea de negocio por cuenta propia.
Ahora bien, en distintas circunstancias, y sobre todo para que una empresa crezca, resulta recomendable constituir una sociedad.
Y es que emprender con una sociedad tiene una serie de ventajas. Para empezar las sociedades pagan menos impuestos que los autónomos, sobre todo cuando crecen sus beneficios y siempre y cuando estos se reinviertan en la empresa.
Por otro lado, los especialistas de la gestoría online para autónomos y pymes de Infoautónomos indican que las sociedades sirven para proteger el patrimonio personal ante posibles situaciones de insolvencia.
También hay actividades específicas en las que la normativa vigente obliga a adoptar una forma societaria. En muchas ocasiones, cuando uno de los objetivos es ganar licitaciones públicas suele ser necesario constituir una sociedad.
Por otra parte hay que tener en cuenta que existen distintos tipos de sociedades entre las que se puede optar
La forma societaria más habitual es la SL
La Sociedad de Responsabilidad Limitada (SL) es la forma jurídica más elegida por los empresarios pequeños y la más recomendable para realizar múltiples actividades comerciales. En estos casos, la responsabilidad de los socios es solidaria y se limita al capital aportado por cada uno de ellos.
Sus costes de constitución son asequibles y los trámites necesarios resultan sencillos. Asimismo, el número mínimo de socios es de uno, por lo que puede constituirse como empresa unipersonal.
Por otra parte, la responsabilidad se limita al capital social y los bienes que están a nombre de la empresa.
¿Qué otros tipos de sociedades hay?
En España existen otras formas societarias como, por ejemplo, la Sociedad Anónima (SA). Este tipo de empresa no es muy habitual entre los pequeños negocios, y está pensado, sobre todo, para grandes empresas que cuentan con muchos accionistas.
También existe otro tipo de sociedad denominada sociedad cooperativa, que permite a los trabajadores ser propietarios de la empresa. En estos casos, ningún socio puede tener más de un tercio del capital social. Este tipo de organización es participativa y democrática, y suele contar con beneficios fiscales o ventajas para obtener subvenciones.
A su vez, las sociedades laborales o profesionales son distintas formas específicas de SL. Estas últimas son para ejercicio exclusivo de actividades que requieren titulaciones oficiales e inscripción en un colegio profesional.
Por último, la SL Nueva Empresa es un tipo societario que se creó para impulsar negocios mercantiles de pequeños emprendedores. Sin embargo, no ha tenido buena aceptación y hoy en día apenas se utiliza.
Con el apoyo y consejos de los especialistas de la gestoría online para autónomos y pymes de Infoautónomos es posible escoger una forma adecuada para cada negocio entre los tipos de sociedades vigentes.