martes, mayo 6, 2025

Sol Ventimiglia; ‘La imagen no es solo lo que se ve, es una expresión auténtica de quiénes somos’

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Durante mucho tiempo, se ha entendido la imagen personal como algo puramente estético y superficial, ligado a modas o estándares externos. Pero para Sol Ventimiglia esa mirada se queda corta. Desde su experiencia en asesoría de imagen acompañando a personas en procesos de cambio, propone una forma más profunda y auténtica de relacionarnos con nuestra imagen: una que nace desde adentro.

“Cuando hay coherencia entre lo que sentimos y lo que mostramos, todo fluye con más claridad y confianza”, explica Sol. Su enfoque como asesora de imagen no busca una imagen idealizada ni impuesta, sino una expresión visual que refleje de forma genuina quiénes somos y en qué momento vital nos encontramos.

Trabajar la imagen desde lo que somos

Su propuesta de imagen consciente se basa en un proceso de acompañamiento muy personal. A través de sesiones donde la escucha y la exploración tienen un papel central, Sol ayuda a identificar elementos visuales —colores, formas, prendas— que conectan con la historia, los valores y los deseos de cada individuo. La idea no es seguir tendencias, sino descubrir qué comunica realmente desde dentro hacia fuera.

“Cada elección visual puede convertirse en una herramienta de autoconocimiento”, afirma. Por eso, en sus asesorías no se trata solo de cambiar un look, sino de alinear lo que proyectamos con lo que sentimos, lo que creemos y lo que estamos viviendo. Este tipo de trabajo impacta directamente en la seguridad, la claridad interna y la forma en la que uno se posiciona en el mundo.

Una imagen que acompaña procesos vitales

Sol trabaja con personas que están atravesando etapas de cambio, aunque está más especializada en mujeres. El enfoque de la asesoría varía significativamente según el género. “El trabajo con mujeres y hombres es muy diferente, porque vivimos y procesamos las emociones, las transiciones y la identidad de formas distintas”, explica.

En el caso de las mujeres, muchas veces buscan renovar su imagen porque sienten que su exterior ya no refleja quiénes son realmente en este momento de sus vidas. Ya sea por cambios personales, profesionales o emocionales, el proceso se convierte en una forma de orden interno y de fortalecimiento. La imagen, en estos casos, no es un accesorio, sino una herramienta que sostiene, ordena y acompaña.

Con los hombres, la asesoría se aborda de forma diferente. Esto no significa que al hombre no le importe su imagen, sino que la vive de otra manera, desde un lugar más práctico, por eso el trabajo se enfoca en encontrar un estilo auténtico que les facilite vestirse de forma rápida y sencilla, sin perder tiempo ni complicarse, pero sintiéndose bien con lo que llevan.

A su vez, la conciencia sobre cómo se desea ser cada individuo percibido tiene un efecto directo en la autoestima, en la forma de relacionarse con los demás y en la manera de ocupar el espacio propio.

Este enfoque diferenciado incide directamente en la forma de habitar la imagen: no como una máscara, sino como una prolongación fiel de lo que se es. En esa fidelidad reside su capacidad transformadora. La importancia de la imagen, trabajada desde esta perspectiva consciente, se convierte así en una herramienta no solo estética, sino profundamente personal, capaz de sostener procesos de cambio reales y duraderos.

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