Entre las patologías renales que se pueden detectar desde el vientre materno se encuentra la hidronefrosis. Es necesaria una ecografía posterior al nacimiento para saber con más precisión el grado de hidronefrosis y si se necesitarán más pruebas para llegar a un diagnóstico sobre el origen de la patología.
La hidronefrosis en niños es la dilatación de la pelvis y cálices renales, además de la atrofia del parénquima renal y su grado de complejidad se mide en escalas de uno al cuatro.
Para establecer el protocolo a seguir, el caso debe ser abordado por un especialista como el doctor Daniel Cabezalí, urólogo y cirujano pediatra, experto en este tipo de patología infantil.
En excelentes manos
Licenciado en Medicina en la Universidad Complutense de Madrid en 2002, con especialización en Urología Pediátrica, el doctor Cabezalí ofrece consultas en las que realiza un estudio en profundidad de la hidronefrosis en niños y de otras afecciones del aparato urinario como criptorquidias (testículos no descendidos), hipospadias, hernias, fimosis, disfunciones miccionales, reflujo vesiculouretral, entre muchas más.
El urólogo pediatra aplica las últimas técnicas y novedades tecnológicas para que los tratamientos y la recuperación sean lo más fáciles posible para los pequeños pacientes.
Entre estos avances que ofrece el doctor destaca la cirugía laparoscópica, menos invasiva y con el resultado de mínimas cicatrices y un tiempo más rápido de recuperación, en comparación con la cirugía tradicional.
En la página web del doctor Cabezalí se puede hacer la reserva para la consulta, por correo electrónico o por llamada. Asimismo, el médico ofrece la posibilidad de realizar videoconsultas.
Abordar la hidronefrosis
La dilatación de la pelvis y los cálices renales puede ser unilateral o bilateral, es decir, que puede estar afectando un solo riñón o ambos. Las primeras ecografías postnatales son importantes para clasificar la hidronefrosis en grados y decidir si son necesarias algunas pruebas para llegar a un diagnóstico. Los grados más bajos de hidronefrosis pueden solventarse durante los primeros meses de vida sin necesidad de cirugía, como ocurre en la mayoría de los pacientes.
La obstrucción o estenosis en el tracto urinario puede causar hidronefrosis. Sin embargo, en otros casos como en la estenosis de la unión entre el riñón y el uréter, es necesaria la intervención quirúrgica para solucionarla. Dependiendo de dónde se localice la obstrucción, se puede dilatar únicamente el riñón (hidronefrosis) o todo el uréter (uréterohidronefrosis).
En su página web, el médico explica que, en el caso de la hidronefrosis en niños, «el megauréter obstructivo se origina por una mala función de las fibras que facilitan el movimiento de la orina hacia la vejiga en la zona final del uréter, en la entrada a la vejiga». Aunque el tratamiento inicial suele ser conservador, en ocasiones requiere dilatar de manera endoscópica la zona lesionada e incluso la reparación quirúrgica.
La atención personalizada del doctor Daniel Cabezalí ofrece a los padres y representantes la tranquilidad de estar en excelentes manos para lograr la cura de los niños y adolescentes con hidronefrosis u otras patologías.