La creatividad es una facultad fascinante del ser humano, fuente de innovaciones y descubrimientos que han marcado el progreso de la civilización. Sin embargo, más allá de los grandes inventos o las obras de arte, la creatividad se manifiesta en la vida cotidiana de muchas formas, configurando cómo se solucionan problemas, cómo se expresa y cómo se interactúa con el entorno. La personalidad creativa, entonces, no se limita a artistas, escritores o científicos, sino que puede encontrarse en individuos de todos los ámbitos, manifestándose a través de características y comportamientos particulares.
Comprender la personalidad de las personas creativas implica adentrarse en un conjunto de rasgos psicológicos que promueven el pensamiento original, la capacidad para generar ideas novedosas y la habilidad para darles forma de manera efectiva. “Estas personas no solo ven el mundo a través de una lente única, novedosa y original, sino que también poseen el coraje de explorar lo desconocido y la resiliencia para superar los desafíos inherentes al proceso creativo”, según la psicóloga coach especializada en el acompañamiento a personas creativas cuando sienten bloqueos o crisis creativas, Eva Gómez Coloma.
Características de las personas creativas
Las personas creativas comparten un conjunto de rasgos que no solo les permite generar ideas novedosas, sino también transformar esas ideas en realidades que pueden ser innovadoras, artísticas, científicas o tecnológicas. Estas características son fundamentales para entender cómo operan mental y emocionalmente estas personas.
Apertura a nuevas experiencias
La apertura es fundamental en la personalidad creativa. Este rasgo se refiere a la disposición a explorar ideas, valores y actividades estéticas, intelectuales y culturales novedosas. Las personas con alta apertura suelen buscar y apreciar nuevas experiencias, lo que alimenta su imaginación y contribuye a su riqueza interior. Esta búsqueda constante de experiencias nuevas expande su comprensión del mundo y enriquece su pozo de recursos internos del cual extraer ideas creativas.
Curiosidad e inquisitividad
La curiosidad es el motor que impulsa a las personas creativas a preguntar, explorar y desentrañar los misterios del mundo que les rodea. No se conforman con aceptar las cosas tal como son; en su lugar, buscan entender cómo funcionan las cosas y por qué. Esta incesante búsqueda de conocimiento les lleva a cruzar fronteras disciplinarias, fusionando ideas de campos dispares para generar soluciones innovadoras.
Capacidad para manejar la ambigüedad y el riesgo
Las personas creativas se sienten cómodas navegando por la incertidumbre y son capaces de tolerar la ambigüedad sin ansiedad paralizante. Esta capacidad les permite explorar territorios inexplorados en sus campos de interés o en su trabajo creativo sin temor al fracaso. El riesgo, visto como una oportunidad para el aprendizaje y el crecimiento, es un componente esencial de su proceso creativo.
Persistencia
La persistencia es clave en el proceso creativo. Las personas creativas se caracterizan por su tenacidad y la capacidad de mantenerse enfocadas en sus objetivos a pesar de los obstáculos o fracasos. Esta resiliencia les permite superar los desafíos inherentes a la creación y la innovación, impulsándoles a seguir trabajando en sus proyectos hasta alcanzar sus objetivos.
Autonomía y preferencia por la novedad
La autonomía, entendida como la capacidad de trabajar de manera independiente y la motivación por lograr la autoexpresión, es prominente entre los individuos creativos. Esta independencia se acompaña de una marcada preferencia por la novedad, buscando constantemente nuevas formas de expresión o soluciones innovadoras a problemas existentes.
Estrategias para fomentar la creatividad personal
Fomentar la creatividad no es exclusivo de quienes ya se consideran creativos; es un proceso que todos pueden cultivar. A través de distintas estrategias y prácticas, es posible desarrollar y enriquecer la capacidad creativa. Aquí se presentan algunas de las más efectivas:
Establecer rutinas creativas
La creación de rutinas puede parecer contraintuitiva cuando se piensa en creatividad, sin embargo, establecer hábitos y rutinas específicas libera la mente para enfocarse en el proceso creativo. La dedicación de tiempo diario o semanal a actividades creativas, ya sea escribir, dibujar, componer música o simplemente brainstorming, ayuda a entrenar el cerebro para entrar en un estado de flujo más fácilmente. Estas rutinas se convierten en rituales que preparan mental y físicamente a la persona para el trabajo creativo, proporcionando estructura en la cual la creatividad puede florecer.
Exploración interdisciplinaria
La creatividad se nutre de la capacidad para conectar conceptos de disciplinas diversas. La exploración de áreas fuera de la especialidad o interés principal puede abrir nuevas perspectivas y fuentes de inspiración. Leer sobre temas variados, aprender nuevas habilidades, o incluso participar en actividades que no están directamente relacionadas con el campo de trabajo pueden estimular conexiones creativas inesperadas y generar ideas novedosas.
Práctica de la atención plena (mindfulness)
La atención plena o mindfulness mejora la observación y la apertura a experiencias, aspectos clave de la creatividad. Practicar mindfulness ayuda a centrarse en el momento presente, aumentando la conciencia de nuestros pensamientos, emociones y del entorno. Esto puede facilitar la detección de detalles y patrones que de otro modo pasarían desapercibidos, alimentando el proceso creativo.
El papel del descanso y el ocio en el proceso creativo
El descanso es fundamental en el proceso creativo. Momentos de ocio, descanso y actividades no relacionadas con el trabajo permiten que la mente divague y procese información de manera subconsciente, lo cual es esencial para la creatividad. Permitirse tiempos de inactividad o dedicarse a actividades recreativas puede ser sorprendentemente productivo para la gestación de ideas creativas.
Construir un entorno inspirador
El entorno físico tiene un impacto significativo en la capacidad creativa. Crear un espacio que inspire y fomente la creatividad puede ser muy beneficioso. Esto puede incluir desde la organización del espacio de trabajo hasta la incorporación de elementos que estimulen los sentidos, como arte, música o plantas. Un entorno que refleje las pasiones e intereses puede motivar a las personas.