España demanda más de cinco millones de metros cúbicos de agua desalada al día para ser capaz de abastecer la red, el riego y uso industrial.
La tecnología utilizada para ello es la ósmosis inversa industrial en Valencia, una de las Comunidades Autónomas con más avance en este tema, usada para la purificación de agua y que es ampliamente utilizada en industrias como la alimentaria, farmacéutica y energética.
Aunque es una solución eficiente para obtener agua de alta calidad, es necesario seguir avanzando para mejorar sus procesos y hacerlos más eficientes.
¿Cuáles son las pegas de este método?
En primer lugar, el consumo energético elevado es un problema, ya que, en plantas de gran escala, supone un consumo eléctrico desbordado. En regiones donde la mayoría de la energía proviene de fuentes no renovables, aumenta las emisiones de carbono, lo que supone un problema y, en algunos casos, incluso puede llegar a acarrear multas.
Además, las membranas que se utilizan pueden sufrir obstrucciones por culpa de los sedimentos, microorganismos, compuestos y sales minerales, haciendo menos eficientes los sistemas.
La eliminación de los concentrados salinos supone también todo un reto, ya que la salmuera puede afectar a los ecosistemas.
En ese sentido, tal como explican desde Procesos Hidráulicos, hay una serie de avances prometedores entre los que se encuentran las membranas de grafeno y nanotubos de carbono que prometen mayor permeabilidad y rechazo de sales, rebajando de forma considerable el consumo energético.
Además, ya están diseñadas para reducir los efectos del fouling.
Otro de los avances viene de la mano del aprovechamiento de la energía del agua rechazada con sistemas como turbinas isobáricas. La capacidad de integrar las energías renovables para alimentar este tipo de plantas es también importante.
La digitalización y automatización con el uso de la inteligencia artificial, los sensores avanzados con la optimización del rendimiento y predecir el ensuciamiento con el monitoreo que ajuste dinámico puede ser toda una mejora exponencial.
Para comprender la relevancia de este proceso, es necesario comprender que la ósmosis inversa se perfila como una solución clave para enfrentar la escasez de agua global. Con el avance de la ciencia y la ingeniería, es posible que los retos actuales se mitiguen, haciendo del proceso más sostenible, accesible y eficiente. Sin embargo, su implementación deberá complementarse con regulaciones ambientales más estrictas y una gestión adecuada de los recursos hídricos.