La creación escénica dirigida al público familiar ha incorporado en los últimos años lenguajes visuales, técnicas gestuales y narrativas emocionales capaces de cautivar tanto a niños como a adultos. En esta evolución destaca la compañía de teatro de Adrián Conde con la fusión (que solo él consigue) en sus espectáculos de magia y clown, por su capacidad de integrar el humor, el asombro y la conexión con el público.
En este escenario, Adrián Conde, ha consolidado una línea artística singular, en la que confluyen elementos como el mimo, los malabares o el teatro físico. Cada obra representa un universo propio, construido con precisión, sensibilidad y un fuerte componente emocional.
Una fusión escénica sin referentes previos
Cuando Adrián Conde comenzó hace más de 25 años a fusionar la magia con el clown, no existían referentes en los que apoyarse. Fue necesario un proceso de aprendizaje autodidacta, basado en la experimentación constante y la práctica escénica continuada.
En una entrevista, el propio artista reconoció que se trata de disciplinas difíciles de unir, debido a su naturaleza opuesta: el mago se presenta como un ser elegante, superior, que realiza acciones fuera del alcance de lo común, mientras que el clown es ingenuo, transparente y vulnerable. Esa vulnerabilidad, afirmaba, es precisamente lo que genera cercanía con el público.
A lo largo de este último cuarto de siglo, ha desarrollado una nueva forma de ver la magia, por no decir única, usándola al servicio de la dramaturgia. Gracias a ser un pionero se ha convertido en todo un referente en las artes escénicas para la familia. Quienes han presenciado sus espectáculos coinciden en destacar la conexión emocional que establece con la audiencia.
El público infantil y adulto valora especialmente sus personajes, cargados de humanidad y comicidad. Esa complicidad con el espectador, cultivada desde la empatía y el gesto, se ha convertido en uno de los sellos más reconocibles de su trayectoria.
Títulos como “Recuerdos”, “La Petite Caravane” o “Check-Out” son ejemplos claros de este equilibrio entre lo visual, lo técnico y lo emocional, con una puesta en escena cuidada y única.
Propuestas escénicas reconocidas en múltiples países
Actualmente, sigue desarrollando espectáculos de magia y clown en los que incorpora otras disciplinas como el teatro gestual, la expresión corporal o la manipulación de objetos, manteniendo una estética reconocible y una narrativa que entretiene y emociona. Sus montajes han sido presentados en más de 36 países y galardonados en certámenes como el FISM Latinoamérica, un premio FETEN a la mejor interpretación y nominaciones a los premios MAX. La compañía apuesta por espectáculos con identidad propia, pensados para emocionar, sorprender y hacer reflexionar.
En cada función, la escena se transforma en un espacio donde el humor y la ternura conviven con el asombro. Para quienes valoran el arte escénico en su dimensión más humana, la obra de Adrián Conde representa una oportunidad que merece ser vivida.