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Tras la pandemia de COVID-19, varios medios de comunicación se han hecho eco acerca del posible aumento de la demanda de servicios digitales, como desarrollo web o marketing digital.
Sorprende conocer que, lejos de la realidad, las empresas que ofrecen estos servicios son los primeros que han sufrido una transición de 180 grados para mantenerse.
“Hay que reinventarse en la era digital” sin duda, una premisa muy escuchada en los últimos meses, pero con dudosa práctica en la vida real de las pymes en España.
La incertidumbre e incerteza que arrasa en todo el mundo amenaza a las empresas a aplazar toda inversión, y por ello, negar transiciones digitales firmes por el momento.
“Desarrollar paquetes de servicios atractivos flexibles, y sobre todo, que sean una solución rentable actualmente para las pequeñas-medianas empresas es el mayor reto que hemos tenido que afrontar en el sector. A esto, le sumamos el freno empresarial global”, comenta Enrique Espinosa, consultor y CEO de empresas especializadas en servicios digitales. “Muchas empresas han necesitado ayudas para no bajar la persiana, más que para digitalizarse”, añade Enrique.
Esta situación pone en jaque la creencia de que la pandemia ha aumentado la demanda de servicios de digitalización. Los servicios en el sector tecnológico se han adaptado para ofrecer respuestas rápidas a necesidades temporales, pero no generan un ingreso adicional para las empresas que lo desarrollan.
Mesas vacías, sobrecarga de trabajo volátil urgente sin atreverse a crecer más, videollamadas y programación de proyectos en teletrabajo es la realidad que tienen que afrontar la mayoría de las agencias de comunicación que luchan para mantenerse a flote.
En apenas unos meses de crisis, se ha producido un deterioro del tejido productivo a niveles históricos. En solo unos meses de pandemia, se dieron de baja más de 90.000 empresas inscritas en la Seguridad Social respecto a las que existían en febrero de este mismo año, según datos que elabora mensualmente la Seguridad Social. En la actualidad, sigue en aumento el número de división de plantillas, ERTE y cierres.
Y, en efecto, en todos los sectores se mantiene una situación de incertidumbre empresarial a largo plazo. Parece ser que el efecto de la pandemia llega a todas las empresas, con mayor o menor trascendencia. La gestión en teletrabajo, las «estrategias de futuro» y/o la lucha por sobrevivir son los principales rompecabezas comunes en todos los negocios.
La evolución del mercado, y sobre todo, las medidas que adopte la mediana empresa una vez se supere esta situación determinará realmente el futuro incierto para las empresas de comunicación y desarrollo digital. Y esa es la única realidad que define actualmente la sobrecarga del sector tecnológico.
¿Será que este año habrá que limitarse a felicitar las navidades por teléfono, como Edu?
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