El vino es una bebida sublime y superior que se disfruta no solo con el paladar, sino con todos los sentidos. Cada copa de vino ofrece una experiencia sensorial completa que va más allá de su sabor, invitando a sumergirse en un mundo de aromas, colores y texturas. Experimentar el verdadero placer vinícola implica entrar en contacto con todo lo que el vino representa, desde el cultivo de la vid hasta el envasado y la conservación de cada ejemplar. Así lo entiende Rondo del Valle, la vitivinícola mexicana que, desde el majestuoso Valle de Guadalupe, ofrece una propuesta enoturística imperdible para los amantes del vino y los apasionados de la cultura enológica.
Experiencia vitivinícola en el Valle de Guadalupe
Rondo del Valle es un espacio vitivinícola que se originó en Ensenada, Baja California, a partir de la visión y las aspiraciones de una familia mexicana. Fue en 1978 cuando la familia propietaria llegó al Valle de Guadalupe, cuando apenas era habitado y contaba con servicios limitados, y detectó el potencial de la región para el cultivo del vino. La familia vio en el valle la riqueza natural que podía aplicarse al desarrollo de una cultura vinícola que pudiera combinar la tradición local, con la modernidad.
Desde su fundación, Rondó del Valle incursionó en la industria del vino y logró desarrollar no solo vino de alta calidad, sino también experiencias enoturísticas originales. Bajo la dirección de Romina Martínez, sommelier, la vitivinícola ha logrado crear un espacio donde los visitantes pueden disfrutar de una inmersión completa en la cultura del vino. Aquí, las degustaciones se convierten en auténticas celebraciones para el paladar y el olfato, con propuestas multisensoriales y lúdicas que despiertan todos los sentidos.
Entre recorridos guiados por los viñedos, donde se explica el proceso de cultivo y producción, y catas dirigidas que permiten descubrir los matices y características de cada variedad de vino producida en la región. Las experiencias de Rondo del Valle son una invitación a sumergirse en la esencia del Valle de Guadalupe y a descubrir la pasión y dedicación que se esconden detrás de cada botella.