En tiempos de documentos virtuales y firmas digitales, la importancia de los estudios y análisis caligráficos como herramientas para cotejar documentos es aún mayor. Se trata de la verificación por parte de un grupo de expertos de la autoría de la firma o redacción de un documento o contrato.
En muchos casos, de este tipo de pruebas depende la validez de una transacción. Es por ello que el peritaje caligráfico requiere el uso de técnicas grafológicas de última generación que permitan llegar a conclusiones exactas, que no den lugar a dudas. Esta es una disciplina basada en la evidencia.
Análisis y estudios caligráficos que sirven de premisas para cotejar documentos
ASEIIP es una empresa española experta en dictámenes periciales con 28 años de experiencia en el área. Está dirigida por el especialista en la materia Antonio Moreno, quien comanda dentro de la compañía un gabinete pericial y una agencia de investigación. Son dos grupos de trabajo conformados por peritos en distintas áreas de investigación.
Precisamente Moreno explica los tres ámbitos que conforman los estudios caligráficos para el cotejo de escrituras, el análisis de las firmas y de las rúbricas. Lo primero es el dictamen forense sobre el cotejo de las escrituras. Mediante esta evaluación minuciosa se puede determinar la autoría o la autenticidad de un documento comparando la dinámica escritural con otros escritos indubitados para establecer similitudes y discrepancias.
El análisis caligráfico también incluye la evaluación para determinar la data o sus posibles manipulaciones. Para ello se puede utilizar el peritaje de tintas con el que se verifica la edad relativa de un escrito. Con estos tres estudios se suele llegar a una decisión concluyente sobre la autenticidad de un documento.
Por qué es importante el análisis caligráfico en un proceso judicial
En cualquier tipo de proceso judicial o penal, un documento escrito puede constituirse en un elemento de prueba. Para ello debe asegurarse que se trata de un escrito original e indubitado sobre el cual no haya cabida a ninguna sospecha o duda. Eso es lo que debe reflejar el dictamen de un perito judicial.
La importancia de ello radica en que un análisis debidamente autorizado y reconocido por las partes en disputa determina la autenticidad de una prueba. Son los elementos de prueba, mucho más que las declaraciones, los que determinan el curso de un proceso judicial. Incluso el comprobar alguna adulteración puede conllevar responsabilidades civiles e incluso penales.
De allí la importancia crucial que tiene la autoría de los estudios caligráficos. Según Moreno, debe realizarse por gente capaz de valorar los rasgos idiosincrásicos de una firma. Elementos propios y espontáneos que todo el mundo plasma en una rúbrica y que son imperceptibles para la mayoría de las personas sin entrenamiento adecuado.