Una obra de rehabilitación y una construcción de un edificio desde cero necesitan varios trabajos como materiales y personas que se encarguen de que el proyecto salga bien. Las empresas se encargan de que la obra se establezca dentro del presupuesto acordado, por lo que es importante realizar un trabajo anticipado de planificación, ya que si no hay la posibilidad de que aparezcan problemas inesperados junto con un sobrecoste en la obra.
En una obra existen tres principales agentes: el promotor o cliente, el equipo técnico y la contrata o empresa a cargo de la obra. Todos ellos se deben coordinar para que la obra se lleve a cabo correctamente para no tener sorpresas ni sobrecostes.
Cliente
Sin duda es el que enfrenta el pago de la obra y el que tendrá que hacerse cargo del pago de los sobrecostes si los hubiera, por lo tanto es el más afectado. Por esta razón el cliente será el más atento a los precios del presupuesto y casi siempre intentará buscar todo aquello que ve demasiado caro y solicitar alternativas más baratas a las propuestas, ya que no quiere pagar en exceso.
Hay que tener en cuenta varias cosas como cliente: cambiar una sola partida del presupuesto puede tener un efecto dominó en otras muchas partidas, algo que no se suele tener en cuenta.
Comprar en una tienda ofrece unas garantías, pero no hay que olvidar que la obra también tiene la suya propia. Por ello hay que tener en cuenta que cualquier cosa de la que no se haga cargo la contrata por escrito no será cubierta en su garantía.
Se pueden buscar materiales antes del comienzo de la obra y es algo que la empresa constructora suele agradecer ya que simplifica su trabajo, pero una vez comenzada la obra o reforma puede traer problemas y retrasos.
Los precios que se ven en una tienda local u online no suelen incluir el suministro o transporte. El IVA de esas tiendas es siempre del 21% mientras que con la constructora es normalmente del 10% por lo que lo recomendable es que se gestione la compra a través de la contrata.
El equipo técnico
Para evitar errores los técnicos llevan a cabo distintas tareas que se deben realizar con profesionalidad. En primer lugar, utilizar la metodología de trabajo BIM es la clave, ya que dificulta la aparición de errores. BIM (Building Information Modeling) es una metodología de trabajo digital que utiliza modelos 3D digitales como base para planificar, diseñar, gestionar y construir proyectos. En segundo lugar, hay que ser muy específico con las descripciones de las diferentes partes de la obra. Por último, el encargado de la obra debe ir al menos una vez por semana para inspeccionar y supervisar la obra.
Contrato
Es importante tener un control sobre el trabajo que realiza la empresa. Las recomendaciones de Grupo EGM en este aspecto son varias: comparar siempre entre varias empresas, debe existir un plan de obra y la contrata no debe poner su propio arquitecto. Además, es imprescindible firmar un contrato y añadir las cláusulas necesarias: presupuesto, cómo se llevarán a cabo las modificaciones o los precios contradictorios, el plazo de entrega y la garantía, entre otros.