Un viaje de yoga a India constituye una experiencia única e irrepetible para los apasionados de esta actividad. India es la cuna de esta actividad ancestral que hoy en día tiene múltiples corrientes y variantes. Una forma de aprender y obtener información sobre este tipo de viajes es a través de los relatos de personas que ya lo han hecho.
En ese sentido, en el blog de viajes El Pachinko, que es una de las bitácoras viajeras más influyentes en lengua hispana, la autora invitada Laura Nida publicó un relato de su experiencia durante una visita a un ashram tradicional en la India.
Una experiencia diferente que tiene lugar en un monasterio tradicional indio
La autora cuenta que decidió viajar para profundizar sus conocimientos y aprender más después de 10 años de práctica de yoga. India era entonces el destino indicado para conseguir ese propósito. Dentro de las múltiples posibilidades dentro del país, eligió visitar un ashram (monasterio) tradicional para conocer lo que se denomina como yoga auténtico. Laura buscaba conectar con la tradición más pura en un lugar que no fuera un centro de atracción para los extranjeros y lejos de las grandes ciudades.
Después de una extensa búsqueda, se decidió por la escuela de yoga en India de Bihar, en el noreste de India. Bihar es uno de los estados más pobres del país, lo que le agregaba al viaje un condimento extra. Al llegar se encontró con un lugar en el que no hay una sola concesión al lujo o la comodidad. El centro es muy austero y está totalmente enfocado en la práctica de yoga como un camino de transformación personal.
Los días en el ashram comenzaban al amanecer. Las primeras actividades del día consistían en cantar en sánscrito y fregar suelos. Las comidas, solo 2 por día, se desarrollaban en absoluto silencio y en el lugar no había conexión a internet, ya que el objetivo es el autoconocimiento.
En Goa es posible acceder a un enfoque más abierto y moderno del yoga
Lo que el ashram le ofrecía a Laura era un cambio de vida radical y permanente, pero ella estaba buscando otra cosa. Por eso regresó a Delhi y comenzó a rastrear otro centro de yoga en India que se ajustara más a sus pretensiones. Así fue como llegó al centro Kavaalya en Goa, donde además de la formación que buscaba encontró un enfoque más abierto.
Allí Laura aprendió yoga, meditación, ayurveda y otros conocimientos relacionados, en un lugar cercano a la playa en donde se encontró más a gusto. Después de su experiencia, pudo llevar la práctica de yoga a otro nivel.
Así, para quienes buscan conocer más sobre el yoga India, la lectura del relato de Laura en el blog El Pachinko, que presenta una gran cantidad de temas relacionados con Asia, resulta una experiencia enriquecedora.