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DHL junto con Richard Wilding, catedrático de Estrategia de Cadenas de Suministro de la Universidad de Cranfield (Reino Unido), ha publicado un libro blanco en el que se hace un pronóstico de posibles cambios en las cadenas de suministro tras la actual pandemia. Tras analizar el efecto de la COVID-19 en los motores de la cadena de suministro, el libro propone algunas estrategias y medidas para definir las cadenas de suministro del mañana. Basándose en casos reales, el libro describe posibles situaciones a las que podría enfrentarse el sector logístico hasta la nueva normalidad con respecto al presente estatus quo de la pandemia.
«Con la flexibilización de las restricciones y la reactivación económica en muchas regiones del mundo, es el momento de realizar un primer resumen retrospectivo sobre la adaptabilidad de las cadenas de suministro a nivel global’, comenta Katja Busch, Chief Commercial Officer, DHL y Head of DHL Customer Solutions & Innovation. ‘Como expertos en logística, para nosotros es importante analizar las dificultades y las experiencias durante la crisis en los diferentes sectores y pronosticar el grado de adaptabilidad que puedan presentar las cadenas de suministro el día de mañana para así poder asesorar mejor a nuestros clientes. Como líderes mundiales en logística, disponemos de los conocimientos y la experiencia para evaluar la situación de manera detallada».
Cuando se mira al futuro, se ve que los sectores y las cadenas de suministro no serán iguales a como eran antes del coronavirus. Aunque hoy apenas se atisban algunas pinceladas sobre cómo será la nueva normalidad, los sectores no pasarán directamente a la fase que sigue al coronavirus con una vuelta a la actividad normal. Dado que los científicos siguen buscando concienzudamente una vacuna contra la enfermedad y que muchas empresas están gestionando todavía la crisis, cualquier vuelta a la normalidad se antoja aún un objetivo lejano. Mientras tanto, una fase intermedia (fase anterior a la normalidad) ocupará el espacio entre el confinamiento y la nueva normalidad. Es evidente que algunos sectores se han visto mucho más afectados por la pandemia que otros, por lo que su recuperación será más lenta. En todo caso, las distintas repercusiones para las empresas, las cadenas de suministro y los responsables de cadenas de suministro se pueden agrupar en cuatro categorías: problemas de adaptabilidad, de demanda, relacionados con el transporte y el almacenamiento y, por último, con el lugar de trabajo.
«Las fotografías y las imágenes de la televisión eran duras. Mucho antes de que los países decretaran el confinamiento, las estanterías de los supermercados estaban totalmente vacías. La pasta, el papel higiénico, el arroz, los calmantes, el tomate en lata, la harina…todo estaba agotado. Las fábricas y la distribución mostraron una reacción tardía a las fluctuaciones extremas de la demanda. Al final, el detonante no fue el miedo a una alteración de la cadena de suministro provocada por el confinamiento. La gente compraba impulsada por el miedo porque el resto hacía precisamente eso», explica Richard Wilding, catedrático de Estrategia de Cadenas de Suministro de la Universidad de Cranfield. «Como en cualquier crisis, se ponen de manifiesto las fortalezas del sistema, pero también sus debilidades. Para mejorar, es fundamental aprender de estas situaciones de emergencia. En la nueva normalidad, si tu cadena de suministro es la misma que tenías antes del coronavirus, seguramente estés haciendo algo mal».
En el mundo anterior a la nueva normalidad, las cadenas de suministro se transformarán para hacerse más adaptables. Por ejemplo, el hecho de que tanto las instalaciones de fabricación como de almacenamiento se vieran afectadas por igual debido a confinamientos regionales y distintas legislaciones, dará lugar en el futuro a una fabricación y un almacenamiento más dispersos, fuentes de aprovisionamiento dobles, relocalización o subcontratación de proveedores cercanos. En lugar de centrarse estrictamente en proveedores de nivel 1, los responsables de cadenas de suministro tendrán que prestar especial atención a los proveedores de nivel 2 y nivel 3, así como comprobar que son capaces de seguir el ritmo dependiendo del volumen de mercancías. Asimismo, la demanda será más volatil y los gustos de los consumidores podrá fluctuar de forma errática, lo que podría incrementar la necesidad de flujos de transporte y redes de almacenamiento flexibles y alternativas. Mientras que las compras por Internet serán predominantes y aumentarán las ventas directas al consumidor, otros canales y sectores minoristas sufrirán alteraciones. Estos son solo algunos de los aspectos que tienen alguna incidencia en las cadenas de suministro actuales.
Finalmente, la configuración de los lugares de trabajo posteriores al coronavirus para cumplir con las normas de distancia social e higiene afectará también a las formas de trabajar tanto en almacenes como en oficinas. Para teletrabajar, los sistemas informáticos tendrán que ser sólidos y capaces de sustentar una plantilla dispersa y facilitar el acceso a los datos y los sistemas apropiados. Los procesos de almacenamiento tienen que adaptarse a las nuevas normas como los sistemas de sentido único, los espacios de picking separados o las áreas de embalaje que cumplan con la distancia social. Del mismo modo que la búsqueda de la adaptabilidad irá ganando protagonismo, el teletrabajo vendrá a revolucionar los procesos establecidos, lo cual conllevará un florecimiento renovado de las iniciativas de digitalización y automatización.
Para descargar el libro blanco completo, haga clic en el siguiente enlace: https://simplydhl.com/post-coronavirus
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