Con el evento “Caminos Confluyentes” celebrado el 30 de septiembre
El 30 de septiembre Caminos Trashumantes y Caminos de la Merina celebraron el primer encuentro Caminos Confluyentes en La Nave VA (Berrocalejo). El acto buscó generar sinergias y abrir oportunidades centradas en la trashumancia, las cañadas reales y la economía circular.
La iniciativa cuenta con apoyo del Ministerio de Turismo a través de la línea de Experiencias Turísticas.
Tradición, sostenibilidad y turismo regenerativo se dan la mano en torno a la trashumancia.
El manejo ganadero planificado destaca como herramienta clave para regenerar suelos y prevenir incendios.
El encuentro Caminos Confluyentes selló la colaboración entre Caminos Trashumantes y Caminos de la Merina. La jornada, celebrada el 30 de septiembre en La Nave VA (Berrocalejo), reunió a profesionales del ámbito rural para explorar cómo tradición, sostenibilidad y economía circular pueden convertirse en motores de turismo regenerativo.
«El objetivo común de Caminos Trashumantes y Caminos de la Merina es promover los 125.000 km de cañadas reales a través de experiencias de turismo sostenible», señaló Kenza El Hemdi Sánchez, Project Coordinator de Caminos Trashumantes, al abrir la sesión.
La primera ponencia estuvo a cargo de María Catalán, representante de Activa Sociedad Cooperativa, una cooperativa extremeña integral que agrupa diferentes actividades, incluyendo la actividad ganadera, agricultura, trabajo asociado.
En su exposición “De lo lineal a lo circular: el camino hacia la regeneración”, subrayó la necesidad de transformar el modelo actual para responder a la desertificación, la pérdida de fertilidad de los suelos y el abandono del medio rural. «El pastoreo es clave para producir mantillo, controlar la biomasa y devolver nutrientes y carbono al suelo», explicó, destacando el papel central de la oveja merina en este proceso.
Catalán presentó además el modelo de cadena de producción circular de la cooperativa, que integra producción, transformación y consumo de productos con valor ambiental como lana, carne o aceite. El objetivo es revitalizar lo rural e innovar desde la tradición, asegurando beneficios para el suelo y para las comunidades locales.
La segunda intervención corrió a cargo de María Pía Sánchez, ganadera al frente de la finca familiar La Rinconada. En su exposición “La merina protagonista de la economía circular en las Cañadas Reales y en la trashumancia. Productos, paisajes y turismo sostenible”, defendió el papel de la ganadería extensiva en la preservación del ecosistema. «La ganadería extensiva es el círculo virtuoso que permite que el ecosistema se mantenga», afirmó.
Sánchez explicó cómo el manejo ecológico y el pastoreo de merinas blancas y negras contribuyen a enriquecer el suelo con nitrógeno, fósforo y potasio, previniendo la erosión y favoreciendo la biodiversidad. Su finca combina además producción sostenible de alimentos con alojamiento rural para visitantes que buscan conocer la dehesa y experimentar un estilo de vida ligado a la tierra.
El encuentro concluyó subrayando la importancia de la colaboración público-privada en este tipo de iniciativas. Caminos Confluyentes ha sido posible gracias al apoyo del Ministerio de Turismo, dentro de la convocatoria de Experiencias Turísticas, y, tal y como comentó Pepe de la Pisa, fundador de Caminos de la Merina es un ejemplo de cómo la unión de todos los interesados puede revitalizar lo rural y abrir oportunidades en torno al turismo responsable.