La Virgen de Guadalupe es mucho más que la patrona de México: es un emblema de identidad, unidad y fe que trasciende fronteras. Su imagen en el cerro del Tepeyac ha acompañado a generaciones durante casi cinco siglos, convirtiéndose en uno de los símbolos religiosos y culturales más poderosos del mundo. Consciente de esa fuerza espiritual y de su proyección internacional, la firma Woodenson ha lanzado un reloj exclusivo que rinde homenaje a la Virgen de Guadalupe, integrando tradición y diseño contemporáneo en una pieza que busca ser tanto objeto de devoción como accesorio atemporal.
Cultura, sentimiento y artesanía
El Reloj Virgen de Guadalupe, disponible en la colección Invicta por un precio de 99 €, se presenta como un tributo a “la Señora del Tepeyac, emblema de identidad, fe y esperanza para millones de personas en todo el mundo”. La marca define este modelo como un homenaje a una figura que ha sido “consuelo y fuerza a lo largo de generaciones, símbolo de unidad y devoción serena que trasciende fronteras”.
El diseño del reloj apuesta por la sobriedad y la durabilidad, con elementos que evocan la naturalidad y la espiritualidad de su inspiración. La caja y el fondo de la esfera, elaborados en madera, aportan un aire artesanal y cálido, mientras que la correa de cuero negro, ajustable hasta 210 mm con un ancho de 22 mm, refuerza el contraste elegante de la pieza. El diámetro de la esfera, de 45 mm, junto a un grosor aproximado de 8 mm, ofrece un tamaño equilibrado para una lectura cómoda y con presencia. El cierre con hebilla de acero asegura resistencia y funcionalidad.
Tecnología japonesa de alta rendimiento
En lo técnico, el reloj incorpora un movimiento de cuarzo Miyota 2035 de fabricación japonesa, garantía de precisión y fiabilidad en la industria. Sus tres manecillas —horas, minutos y segundos— permiten una lectura clara, protegida por cristal Hardlex, especialmente resistente frente a pequeños arañazos e impactos. El conjunto tiene un peso ligero de entre 45 y 60 gramos, lo que lo hace cómodo para el uso cotidiano, y ofrece resistencia al agua de 3 ATM, suficiente para salpicaduras pero no recomendado para inmersiones. La pieza está respaldada por una garantía premium de 3 años que refuerza la confianza en su durabilidad.
El estuche de presentación, fabricado también en madera y grabado con motivos alusivos a la Virgen, añade un valor simbólico y refuerza la identidad cultural de la propuesta. Este detalle convierte al reloj en una opción ideal tanto para regalar como para conservar como recuerdo íntimo. “Queríamos que el reloj de Guadalupe fuera un objeto con alma, capaz de acompañar tanto en la vida diaria como en momentos especiales. Es un homenaje a la fe, pero también al diseño atemporal que conecta generaciones”, señala Sofía Morales, portavoz de Woodenson.
Un icono universal
La elección de Guadalupe como inspiración responde a su trascendencia universal. Cada 12 de diciembre, millones de personas peregrinan hasta la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, en una de las mayores manifestaciones religiosas del planeta. La devoción guadalupana ha sido reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Nación y es considerada un eje de identidad mexicana. En este contexto, el reloj no solo se concibe como accesorio, sino como símbolo que conecta al usuario con esa tradición viva.
Expertos en religiosidad popular destacan la pertinencia de esta propuesta. Para el sociólogo mexicano José Luis Ramírez, “la Virgen de Guadalupe ha trascendido lo religioso para convertirse en un símbolo cultural y político, una bandera de identidad nacional y latinoamericana. Que inspire un reloj de diseño contemporáneo muestra cómo sigue siendo un referente capaz de dialogar con lenguajes modernos sin perder fuerza”.
El Reloj Virgen de Guadalupe representa así una intersección entre fe y estilo. En un mercado global donde muchas marcas apuestan por la estandarización, Woodenson apuesta por el arraigo cultural y el storytelling como valor diferencial. La sostenibilidad de los materiales, el cuidado en los acabados y la carga simbólica convierten al modelo en un objeto único, con vocación de trascender modas pasajeras.“Guadalupe habla de unidad, de esperanza y de memoria compartida. Nuestro reloj busca transmitir esos mismos valores en un diseño sobrio y perdurable”, concluye Morales. El resultado es una pieza que combina espiritualidad y estilo atemporal: un reloj que mide las horas, pero que también guarda la memoria de un pueblo y de una devoción universal.