Cada seis minutos una persona sufre un ictus en España. Es la primera causa de discapacidad adquirida en adultos y afecta a más de 120.000 personas al año, según la Sociedad Española de Neurología. De ellas, casi un 50% queda con secuelas que afectan su autonomía.
Pero lo que muchas veces no se dice es que, con el tratamiento adecuado y el entorno terapéutico correcto, miles de estas personas logran recuperar comunicación, movilidad y calidad de vida.
Ictus isquémico, hemorrágico y AIT: tipos y consecuencias
Existen distintos tipos de ictus, y su impacto puede variar enormemente dependiendo de la rapidez con la que se actúe:
-Ictus isquémico (el más frecuente, representa el 85% de los casos): ocurre por una obstrucción del flujo sanguíneo cerebral.
-Ictus hemorrágico: se produce por la rotura de un vaso sanguíneo. Tiene mayor tasa de mortalidad, pero también posibilidades de recuperación con intervención temprana.
-AIT o Accidente Isquémico Transitorio: conocido como «mini-ictus», sus síntomas desaparecen en menos de 24 horas, pero es una importante señal de alerta.
El tiempo es esencial: cada minuto cuenta. Actuar en las primeras 4,5 horas desde los síntomas puede marcar la diferencia entre una recuperación funcional o un daño cerebral irreversible.
Neurorrehabilitación: ciencia y humanidad en acción
Los estudios muestran que hasta el 80% de los pacientes con ictus pueden mejorar significativamente con una intervención temprana, personalizada y multidisciplinar. Las primeras 12 semanas son clave: cuanto antes se inicie la neurorrehabilitación, mayores serán las probabilidades de recuperación funcional.
Un enfoque multidisciplinar
La neurorrehabilitación va mucho más allá de la fisioterapia. Implica la coordinación de distintos profesionales que trabajan en conjunto:
-Fisioterapia neurológica: mejora del movimiento, prevención de caídas y fortalecimiento físico.
-Logopedia: tratamiento del habla, deglución y lenguaje.
-Neuropsicología: estimulación de memoria, atención, motivación y autoestima.
-Terapia ocupacional: para recuperar autonomía en actividades diarias como vestirse o preparar alimentos.
“Nuestro trabajo no es solo rehabilitar cuerpos, es ayudar a las personas a reconstruir sus vidas con dignidad y esperanza”, afirma Priti Sadhwani, CEO de Neurovida.
Neurovida: un modelo de atención integral
Con tres centros especializados en Madrid, Neurovida representa la evolución de los centros de día tradicionales. No es un recurso asistencial, sino un espacio terapéutico y humano, diseñado para acompañar a las personas según su momento vital, su nivel de autonomía y sus objetivos personales.
Cada centro de Neurovida se adapta a un perfil y a una fase de vida diferentes, con programas específicos según el grado de deterioro cognitivo o físico, y el tipo de apoyo emocional o funcional que se necesita.
Desde el primer día, se construye un plan de intervención personalizado, que tiene en cuenta la historia de vida, las emociones y las metas de cada persona. Porque en Neurovida no se trata solo de aplicar terapias, sino de acompañar con sentido.
Además de la atención clínica, los centros ofrecen espacios pensados para estimular, convivir y disfrutar: salas de arteterapia, musicoterapia, psicomotricidad y zonas compartidas donde el bienestar también forma parte de la recuperación.
Acompañar también a las familias
Cuando alguien sufre un ictus, la vida de toda la familia cambia. Aparecen nuevas rutinas, emociones intensas, incertidumbre. Por eso, centros como Neurovida también ofrecen:
-Talleres y formación para familiares.
-Espacios de contención emocional y escucha activa.
-Apoyo psicológico y herramientas prácticas para el día a día.
-Orientación para cuidar, sin dejar de cuidarse a uno mismo.
El acompañamiento familiar es parte fundamental de una recuperación efectiva.
Sí, hay vida después de un ictus
Una vida distinta, sí, pero también una vida activa, significativa y plena. Recuperar funciones, volver a conectar con los demás, participar en lo cotidiano, todo eso es posible con el tratamiento adecuado. Centros como Neurovida no solo aplican técnicas rehabilitadoras, sino que también reconstruyen realidades humanas con ciencia, empatía y vocación.
Para más información, se puede seguir leyendo en el blog oficial de Neurovida.
