Gaëlle Schaefer, directora de Hexagone explica, “La formación es uno de los sectores que más ha sufrido la crisis del coronavirus. El 100% de las clases presenciales fueron canceladas de la noche a la mañana y el sector tuvo que transformarse en un tiempo récord para continuar dando la formación a distancia”.
Sólo aquellas escuelas que se han transformado han sobrevivido a la crisis.
Auge de Aulas VirtualesEn este contexto de crisis y confinamiento, han surgido con fuerza las aulas virtuales que han supuesto un salto digital muy grande. Una herramienta tecnológica pedagógica para la realización de cursos en un entorno de aprendizaje donde el profesor y el alumnado interactúan en tiempo real. Gracias a esta herramienta se ha podido sustituir las clases físicas y el contacto entre alumnos.
Las aulas virtuales ponen a disposición de los usuarios una serie de herramientas muy potentes que permiten agilidad en los intercambios y motivación de los alumnos:
– Se pueden crear, configurar y visualizar las clases en pocos minutos.
– El profesor puede ver los participantes que se encuentran en la reunión e intercambiar con ellos de forma fluida.
– Puede compartir su pantalla durante una reunión de audio o vídeo.
– Puntualmente, puede mostrar vídeos, fotos o textos con los que los alumnos podrán interactuar.
– Los usuarios pueden silenciar o activar el micrófono/ encender o apagar el vídeo.
– Se puede abrir chats durante la reunión.
– Se puede iniciar la grabación de la llamada o reunión: se basa totalmente en la nube, por lo que no hay que preocuparse por el rendimiento o espacio de almacenamiento del dispositivo mientras se graba.
– Los participantes pueden utilizar una pizarra.
– Se pueden almacenar archivos de audio o vídeo.
– Existen numerosos soportes, en Skype, Teams o similar para Android (6.0 o su- perior), iPhone, iPad, Linux, Mac, Windows, Web, etc.
Aumento de asistenciaSegún datos de Hexagone, el porcentaje de asistencia a estas clases a través de aulas virtuales ha aumentado.
“Aunque no fuera lo primero que esperábamos, el uso del aula virtual ha generado una mejora en la tasa de asistencia entre nuestros alumnos. Esto se debe principalmente a la mayor motivación de los alumnos que siguen este tipo de formación, así como al uso de un calendario virtual compartido. Los alumnos reciben una confirmación de la clase algunos minutos antes, este aviso permite no dejarse absorber por otra tarea. La clase de idiomas se inscribe así en la agenda de cada alumno como parte esencial de su trabajo”, explica la directora de Hexagone.
Todos estos datos y el hecho de que la desescalada sólo apunta a una situación de “nueva normalidad” en la que se tardará un tiempo en habitar las aulas, el aula virtual ha resurgido con fuerza para quedarse en el sector de la formación.
En un contexto en el que se desarrolla cada vez más el teletrabajo, este sistema representa una herramienta indispensable para mantener la continuidad de la formación y la cohesión del grupo.
La experiencia ha demostrado que se pueden tener grupos mixtos con alumnos físicamente en el aula con su profesor y alumnos conectados al aula virtual desde la lejanía. También será muy útil para los alumnos en situación de “exclusión profesional geográfica”, al bastar con tener buena conectividad y seguridad en las redes.
Por este motivo, desde Hexagone se prevé que en un futuro el uso del aula virtual irá mejorando desde la impulsión empresarial y gubernamental. Así, podrá contar con un registro de conexiones generado por las propias aplicaciones en que se contengan los tiempos de conexión de cada alumno. También se prevé que permita la firma electrónica de los responsables de formación, formadores y alumnos mediante captura de firma digitalizada o con datos biométricos, garantizando en todo caso la autenticidad de los datos correspondientes a la misma.